lunes, 12 de marzo de 2007

CALCIO Y OSTEOPOROSIS


Este tema le afecta sobre todo a las mujeres.
¿Y no será preciso que vivamos más en sintonía con el Amor y la Paz?, y esa sea la clave para abordar el tema, controvertido pues está lleno de informaciones contradictorias, con intereses en un mundo que ha de elegir seguir en la noche de solo el materialismo o buscar la Paz y el Amor y con ello la Verdad. SI SINTONIZAS CON ESTE INICIO, ENTONCES EL ARTICULO PUEDE DECIRTE...


Mitos y verdades



Vamos a examinar algunos de los problemas alrededor de este tema, que tienden a confundir el proceso de la enfermedad llamada osteoporosis.

Los “expertos” constantemente nos bombardean con su propaganda, intentando vendemos hormonas sintéticas, diciéndonos que comamos productos lácteos regularmente, y llenándonos con una variedad de suplementos de calcio. ¿Estas “opiniones especialistas” son válidas? ¿Realmente necesitamos tomar suplementos de calcio? ¿Ellos actúan previniendo esta enfermedad? ¿Qué hay sobre los productos lácteos? ¿Realmente nos protegen de la osteoporosis?

La Organización Mundial de la Salud ha definido “osteoporosis” como una densidad ósea baja que incluye la presencia de fracturas. La definición médica de osteoporosis, que era “fracturas causadas por los huesos delgados”, se ha redefinido subsecuentemente a “una enfermedad caracterizada por la baja masa del hueso y el deterioro micro-arquitectónico del tejido óseo que lleva a la fragilidad del mismo, con un aumento consecuente del riesgo de fractura”. La baja masa del hueso es sólo un factor de riesgo para la osteoporosis; no es la osteoporosis en sí. El Dr. Love nos ofrece una analogía llamativa: “Esto es como definir las enfermedades del corazón por tener el colesterol alto, en lugar de un ataque cardíaco”.

Innecesario es decir que esta nueva definición ha aumentado número de mujeres y hombres que tienen osteoporosis. Los hombres y mujeres continúan perdiendo masa ósea cuando envejecen. Por consiguiente, el predominio de aumentos de baja masa ósea aumenta cuando las mujeres envejecen. El hueso se fractura debido exclusivamente a su delgadez. Ahora que es más conocida la fisiología del hueso, está claro que ésta no es la historia real.

¿Por qué parece haber ahora muchas más mujeres con osteoporosis que en el pasado? El Dr. Love nos explica: “... parte de este aumento es nada más que un cambio en la definición, al ser más amplio el criterio que define la osteoporosis, es mayor el número de mujeres que entrarán en dicha categoría.





Mito 1: Las mujeres menopaúsicas están en

mayor riesgo de contraer osteoporosis




Hay muchas culturas en el mundo dónde la mujer posmenopáusica está en buena salud, activa y saludable hasta el extremo de su vida. Las mujeres mayas viven durante 30 años después de la menopausia, pero ellas no contraen osteoporosis, no pierden altura, no desarrollan “la joroba de viuda” y no sufren fracturas. Un equipo de investigación analizó sus hormonas, niveles y densidad ósea, y encontró que sus niveles de estrógeno no eran más altos que aquellos de las mujeres americanas blancas; en algunos casos eran incluso más bajos. Las pruebas de densidad mostraron que la pérdida de hueso ocurrió en estas mujeres en la misma proporción de sus colegas americanas.




Mito 2: Los bajos niveles de estrógeno son una

causa de osteoporosis



Se pensaba que todas las mujeres tienen una disminución considerable en el hueso, a causa del más bajo nivel de estrógeno en la menopausia. Así se dijo que la deficiencia de estrógeno parecía ser la causa de osteoporosis. Continuando las investigaciones, se refutó esta idea. Los estudios individuales que siguen la densidad del hueso de mujeres, con el tiempo han mostrado que aunque algunas mujeres pierden mucho hueso con la menopausia, otras pierden un porcentaje comparativamente pequeño; también, que alguna pérdida empieza antes. Un estudio que utiliza la orina como prueba para medir pérdida de calcio, encontró que algunas mujeres son “perdedoras rápidas” y otras son naturalmente “perdedoras normales”. Si la osteoporosis fuera debida a la deficiencia del estrógeno, nosotros deberíamos encontrar más bajos niveles de estrógeno en las mujeres con osteoporosis que en las mujeres sin este desorden. Sin embargo, los estudios han mostrado que ese nivel hormonal fue similar en mujeres posmenopáusicas, con y sin osteoporosis. Agregando otro aspecto, hemos encontrado que las mujeres vegetarianas tienen más bajo nivel de estrógeno y nivel de densidad ósea más alta que sus pares carnívoras.



El Dr. Jerilynn Prior, Profesor de Endocrinología en la Universidad de Columbia Británica, ha dirigido una seria investigación que contradice el papel importante del estrógeno para prevenir la pérdida de hueso. En su estudio de atletas mujeres encontró que la osteoporosis ocurrió solo en cuando las atletas se volvieron progesterona-deficientes, aunque sus niveles de estrógeno permanecían normales. Prior continuó su investigación con las mujeres no atléticas, y ellas mostraron los mismos resultados. Como resultado de su extensa investigación, confirmó que no es el estrógeno, pero sí la progesterona, la hormona importante de la construcción del hueso. Estos hechos demuestran seriamente la contradicción en cuanto a la deficiencia del estrógeno como eslabón de la osteoporosis.

Entonces ¿por qué un gran número de doctores y ginecólogos sigue diciendo a las mujeres menopaúsicas que la causa de la osteoporosis es principalmente el estrógeno y recomiendan tratamientos de sustitución hormonal, cuándo la investigación también ha mostrado otros factores importantes a la deficiencia de esa hormona como causantes? El estrógeno, opuesto a la progesterona, causa salinidad y retención de líquidos, aumento de la coagulación de sangre, promueve el fibroma uterino, problemas en los pechos, aumento de cálculos, y el trastorno más vivo y más ominoso: aumenta el riesgo de cáncer del endometrio, el prolactinoma pituitario, y el cáncer del pecho.

Es obvio que los elevados riesgos del tratamiento de sustitución hormonal pesan más que los efectos beneficiosos, bastante limitados, sobre el hueso; sobre todo cuando hay muchas otras alternativas eficaces. ¿Merece la pena aumentar el riesgo de una enfermedad amenazante para la vida? Probablemente, una de las razones mayores por la cual los médicos están usando tan a menudo el tratamiento de sustitución hormonal es debido al hipermercadeo que han generado las compañías farmacéuticas, que vieron esto como un gran negocio.




Mito 3: Necesitamos más suplementos de calcio.


Cuando se pregunta por las causas de osteoporosis, la mayoría de las personas responde “falta de calcio”. Dado que el hueso está principalmente compuesto de calcio, podría parecer lógico relacionar la ingestión de calcio con la salud del hueso. Es curioso, sin embargo, que cuando se entrecruzan los datos con los de otras culturas, estos muestran claramente que en los países menos desarrollados, donde las personas consumen poco o ningún producto lácteo e ingiere menos calcio, hay muchas más bajas proporciones de osteoporosis.


Los estudios de poblaciones en China, Gambia, Ceilán, Surinam, Perú y otras culturas, nos informan resultados similares de baja ingestión de calcio y bajas proporciones de osteoporosis. Mientras es un hecho conocido que la proporción de calcio adecuado es completamente necesaria para el desarrollo y mantenimiento de huesos saludables, no hay nada que sugiera una mayor ingestión de calcio que la normal.

Sin embargo, deben entenderse otros factores vitales que determinan el proceso complejo de tener huesos saludables.

Los huesos son afectados por la ingestión de otros nutrientes de la construcción del hueso; el consumo de sustancias potencialmente perjudiciales para el hueso, como el exceso de proteínas, sal refinada, grasa saturada y azúcar blanca; el uso de algunas drogas (alcohol, cafeína y tabaco); el nivel de ejercicio físico; la exposición a la luz del sol y a las toxinas ambientales; y muchos otros factores que limitan el funcionamiento de las glándulas endocrinas.


Hay 18 nutrientes que son importantes en la construcción del hueso, o realmente esenciales para su salud óptima. Si la dieta personal es baja en cualquiera de estos nutrientes, los huesos sufrirán. Ellos incluyen: minerales (fósforo, magnesio, manganeso, cinc, cobre, boro, silicio, flúor), vitaminas (C, D, B6, B12, K), ácido fólico, ácidos grasos esenciales y proteínas.
El cuerpo sólo usa minerales cuando están en el equilibrio apropiado. Por ejemplo, en las muchachas que consumen datas altas en carnes, gaseosas y comidas procesadas (que tienen niveles altos de fósforo), se ha encontrado una pérdida alarmante de masa ósea. Una proporción de fósforo alta en relación al calcio, hará que éste sea desalojado de los huesos en un esfuerzo compensatorio. Hay ahora evidencias que un alto nivel de suplemento de calcio, está en realidad asociado con un 50% de incremento en el riesgo de fracturas.

Todavía no hay ninguna prueba que aumentando la ingestión de calcio (con suplementos o dieta) después de la menopausia, se prevengan las fracturas. Sin embargo se advierte que una dieta rica en calcio durante la niñez temprana y los años pre-menopaúsicos coadyuva a construir huesos más fuertes, mientras reduciría el riesgo de huesos delgados después da la menopausia.



Mito 4: La leche y los productos lácteos protegen

contra la osteoporosis

¿Y qué pasa con las comidas lácteas para la fortificación de los huesos? Después que todos nosotros nos hemos adoctrinado con este concepto, es una revelación chocante descubrir que los productos lácteos... ¡¡¡contribuyen a la pérdida de masa ósea!!! Los países que consumen altas cantidades de productos lácteos (como los países escandinavos), tienen las proporciones más altas de osteoporosis.


En la sabiduría del cuerpo, la prioridad más elevada es mantener la acidez y la alcalinidad apropiada para equilibrar la sangre. Una dieta alta en proteínas de carne y productos lácteos, supone un gran riesgo de osteoporosis, porque hace que el tenor de la sangre sea muy ácido. Entonces el calcio debe extraerse de los huesos para restaurar el equilibrio ácido-básico apropiado. Desde cada célula del cuerpo se usa el calcio para mantener la integridad en la sangre. Por consiguiente el cuerpo sacrificará el calcio del hueso para mantener la homeostasis en la sangre.


Hay todavía otros problemas con los productos lácteos. Ellos contienen antibióticos, hormonas estrogénicas, pesticidas y una enzima que es un factor conocido en el cáncer del pecho. Constantemente se bombardea a las mujeres con el mensaje que la guerra contra la pérdida de hueso debe incluir suplementos de calcio y un consumo diario de comidas ricas en calcio, principalmente los producto lácteos. Los doctores recomiendan entusiastamente el uso a largo plazo de estrógeno (sintético) a la mujer en período posmenopáusico, y si se requiere ayuda adicional, pensar en el uso de drogas. Así, armada con este poderoso arsenal, una mujer estará segura que atravesará protegida y libre de fracturas la última parte de su vida. Desgraciadamente, esto está muy lejos de la verdad...


Los tratamientos más populares para la osteoporosis son, de hecho, peligrosos a la salud de mujeres. El estrógeno sintético es una droga carcinogénica conocida. Más suplementos de calcio no sólo son ineficaces para reconstruir el hueso, sino que realmente pueden llevar a deficiencias minerales, calcificación y formación de cálculos en el riñón.



LA PREVENCIÓN ES MEJOR QUE LA CURA


Cuando se quiere asegurar huesos saludables, es importante recordar que no sólo está lo que uno se pone en el cuerpo, sino también lo que uno hace por él.

Cada vez con más frecuencia los estudios están validando los efectos sumamente beneficiosos de programas de ejercicio peso-productivos para regular la densidad creciente del hueso en las mujeres del período posmenopáusico. Por lo menos siete estudios bien controlados han mostrado que cuando una mujer ha hecho dietas para perder peso, también ha perdido hueso. El entrenamiento eficaz incluye algunos ejercicios como caminar cuestas ascendentes, andar en bicicleta y caminar con peso en los pies.

La osteoporosis no es una enfermedad de la vejez o debida a la falta de estrógeno o a deficiencia de calcio, pero sí es una enfermedad degenerativa de nuestra cultura Occidental. Nosotros la hemos incorporado en gran medida a través de hábitos dietéticos equivocados, factores de nuestro estilo de vida y exposición a las drogas farmacéuticas,. Es nuestra ignorancia la que nos ha hecho vulnerables a intereses que han torcido los hechos intencionalmente y de buena gana han sacrificado la salud de millones de mujeres en el altar de la ganancia y la codicia.

Sólo tomar la responsabilidad por nuestros cuerpos y hacernos el compromiso de volver a un estilo de vida saludable y equilibrado, hará que podamos caminar bien el resto de nuestras vidas.

Y ESTO ES AMARNOS ¿NO? ( María Jesús)

ESTO ES LO MAS RAZONABLE.


Dr. George J. Georgiou (Ph.D.) - Nutricionista clínico - Herbalista - Naturópata - Homeópata - Iridólogo - Psicólogo Clínico
Artículo del World Wide Health Center






LAS FUENTES DE HIERRO.ANEMIA



Cuando se habla de hierro, generalmente hay una asociación con productos de origen animal. Por lo visto anteriormente esto puede deberse a su fácil asimilación y a los hábitos carnívoros de la población. Sin embargo la observación de la tabla adjunta nos muestra gran cantidad y variedad de alimentos ricos en hierro. Además el texto explica la incidencia de la flora intestinal en el ciclo metabólico del hierro.


En épocas en que la cría animal recibe el indeseable aporte de hormonas, antibióticos y balanceados (los cuales pasan al ser humano por cadena alimentaria), es bueno procurar el aporte de hierro a través de alternativas menos tóxicas y más confiables. Como bien se expresa en "Anemia: los secretos del hierro", ciertos órganos animales (sobre todo hígado y riñón) acumulan toda la toxicidad aportada por medicamentos y alimentos balanceados (metales pesados).




HIERRO Y FLORA

Inicialmente es importante comprender que el tipo de alimentación que practiquemos, determinará la calidad y composición de nuestra flora intestinal.
Claramente, un vegetariano desarrollará preeminencia de flora fermentativa, mientras que una persona carnívora tendrá prevalencia de flora putrefactiva.

El ser humano, por su condición de omnívoro, debe convivir con ambas realidades y si bien tiene mecanismos de adaptación, los problemas surgen del desequilibrio. En los animales, este dualismo está bastante atenuado por los hábitos instintivos de dicho reino. Por un lado están los animales fitófagos, o sea comedores de vegetales, como los simios, las vacas o los caballos. Por otro lado están los predadores (carnívoros cazadores, como los leones) y los necrófagos (carroñeros, como los buitres). Lamentablemente los animales sufren las consecuencias de la domesticación humana, irrespetuosa de su naturaleza intrínseca; esto les suele crear problemas de salud que no difieren mucho de los padecimientos que sufre el mismo ser humano cuando artificializa su dieta.

Tanto animales como seres humanos, necesitamos la adecuada presencia de microorganismos adaptados al proceso metabólico del alimento que ingerimos cotidianamente. A su vez, dichos alimentos promueven el desarrollo de la correspondiente flora especializada.
Los microorganismos fermentativos son aquellos mecanismos biológicos que la naturaleza desarrolló para metabolizar alimentos vegetales y sintetizar, a partir de ellos, las necesarias vitaminas, proteínas, enzimas, etc. Estas bacterias viven en simbiosis con el animal en cuyo intestino se hospedan, y lo protegen. La flora fermentativa produce ácido láctico (por ello se habla de bacterias lactoacidófilas), el cual inhibe la reproducción de microbios putrefactivos. Las bacterias fermentadoras más importantes son las bifidobacterias y los lactobacilos acidófilos.

Por su parte los productos cárnicos contienen microorganismos putrefactivos (clostridios, proteus, estafilococos, escherichia coli, etc), mecanismos biológicos naturales de la descomposición cadavérica que son abundantes en los intestinos de animales carnívoros y necrófagos (carroñeros). Estos animales tienen mecanismos protectivos contra las sustancias que genera el metabolismo putrefactivo, pero dichos mecanismos son menos eficientes en el organismo humano, obligado a convivir con ambas realidades. En este sentido, el elevado consumo de proteína animal genera un manejo crítico de varios subproductos del metabolismo putrefactivo. Nos referimos a la histamina (genera alergias), el amoníaco y el ácido úrico (artritis y reuma), la tiramina (irrita el sistema nervioso, baja la inmunología, produce taquicardia y angustia), compuestos como los fosfatos, los uratos y los oxalatos (causan osteoporosis), o la cadaverina y la putrescina (intoxican y desnutren). Además, el metabolismo putrefactivo inhibe la síntesis y absorción de vitaminas, minerales y nutrientes importantes, mientras que estimula el estreñimiento

El hierro y la anemia son buenos ejemplos para ilustrar esta dicotomía provocada por la coexistencia de ambos tipos de floras. El hierro, un micromineral (hay apenas 4 gramos en una persona adulta) clave en el transporte del oxígeno y en la activación enzimática, está presente tanto en alimentos vegetales (ión férrico) como animales (ión ferroso). El hecho que el organismo lo asimile en forma de ión ferroso, no quiere decir que no pueda asimilar el hierro vegetal. La transformación iónica la realiza la misma flora fermentativa. Los cítricos (ricos en vitamina C y bioflavonoides) incrementan la velocidad de esta transformación.


Pero para evitar la anemia no basta con suficiente cantidad de hierro; también se necesita vitamina B12 (sintetizada por las bacterias fermentativas), ácido fólico y ácido málico (ambos presentes en vegetales). Por su parte, la flora putrefactiva conspira a favor de la anemia en dos aspectos: generando toxinas que afectan la eficiente regeneración sanguínea e inhibiendo la benéfica flora fermentativa. O sea que una buena disponibilidad de hierro requiere, tanto en vegetarianos como en carnívoros, un correcto equilibrio de la flora intestinal.


Los carnívoros, teóricamente favorecidos por la ingesta de hierro más fácilmente asimilable, pueden tener anemia por carencia de los necesarios efectos de la flora fermentativa.


Los vegetarianos, favorecidos en este aspecto, sin embargo pueden verse perjudicados por una proliferación putrefactiva a causa de desequilibrios, como la candidiasis crónica.
Este dualismo bacteriano (fermentación-putrefacción) también tiene mucho que ver con el equilibrio ácido básico del organismo. En los animales fitófagos o vegetarianos, la materia fecal excretada por un cuerpo sano, muestra un pH ácido; en los carnívoros, dicho pH es alcalino. Esto es consecuencia de los diferentes metabolismos. La digestión fermentativa permite asimilar sustancias alcalinas, que pasan rápidamente a la sangre. Por su parte, los microbios putrefactivos retienen los álcalis y generan la absorción sanguínea de sustancias ácidas. Es por ello que la flora fermentativa ayuda a alcalinizar la sangre, mientras que la flora putrefactiva la acidifica.



LA TABLA DEL HIERRO

Respecto a los valores mencionados en la tabla, cabe señalar que deben tomarse como orientativos, dada la gran diferencia existente en distintos análisis y distintas condiciones de producción de los alimentos. Las condiciones de suelo condicionan directamente el contenido de sales en el producto final, razón por la cual conviene siempre orientarse por cultivos orgánicos o productos de origen silvestre, evitando en lo posible el empobrecimiento generado por la producción intensiva y química.

Otro consejo es evitar los productos “enriquecidos” con hierro, ya que industrialmente se utilizan forman inorgánicas: gluconato ferroso, sulfato ferroso o fumarato ferroso. Estas formas sintéticas son asimiladas y acumuladas en exceso en el organismo, dando lugar a riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer. Por este tema, algunos países europeos han prohibido la aditivación de hierro a las harinas.


La idea es que la variedad de alimentos que muestra la tabla, nos incentive a diversificar y enriquecer nuestra alimentación, evitando los riesgos generados por la toxicidad de las fuentes animales y las fuentes sintéticas industriales.
Por otra parte, como siempre conviene ser cautos y no caer en exageraciones que puedan llevarnos a padecer las consecuencias, también indeseables, de un exceso de hierro. En el equilibrio, la variedad y la calidad de nuestros nutrientes, esta el secreto del balance natural.


SINTOMAS DE CARENCIA DE HIERRO

Anemia, acidosis orgánica, piel pálida o áspera, problemas de concentración, dificultad respiratoria, fatiga, rayas verticales en uñas, uñas frágiles, dificultades al tragar, infecciones, cefaleas crónicas, hipotiroidismo, estreñimiento, astenia, palpitaciones, arritmias, artritis, manejo del estrés.


SINTOMAS DE EXCESO DE HIERRO
Cirrosis hepática, hipertensión, diabetes, hiperactividad, hepatitis, infecciones crónicas, migrañas, problemas emocionales (hostilidad, agresión), artritis reumatoide.


ALIMENTOS RICOS EN HIERRO (valor medio en mg por 100g de producto)

Espirulina
52,8
Lentejas
7,1
Tomates secos
39,4
Morcilla
6,9
Fenogreco
33,6
Porotos alubia
6,8
Algas hiziki
29,0
Durazno seco
6,5
Menta
27,4
Castañas de cajú
6,0
Agar agar
21,0
Hongos shiitake
5,5
Sésamo
20,1
Avena arrollada
5,2
Algas nori
20,0
Berro
5,1
Melaza de caña
20,0
Arvejas
5,0
Brotes de trigo
19,8
Pan de trigo integral
5,0
Levadura seca
17,5
Damasco seco
5,0
Jengibre
17,0
Almendra pelada
4,9
Coriandro
16,1
Harina de trigo integral
4,5
Paté de hígado
16,0
Anchoas
4,5
Harina de algarroba
16,0
Espinacas
4,2
Polen seco
15,9
Pasas de uva
4,1
Azúcar integral mascabo
15,0
Higos secos
4,0
Brotes de soja
15,0

Fideos integrales
3,8
Algas kombu
13,0
Ortiga
3,8
Algas wakame
12,9
Tupinambur
3,7
Cebada perlada
12,3
Verdolaga
3,6
Cacao amargo
12,2
Salvado de trigo
3,6
Harina de soja integral
12,1
Coco rallado
3,6
Semillas de zapallo
11,2
Batatas
3,5
Riñón de ternera
10,0
Sardinas
3,5
Germen de trigo
10,0
Maní o cacahuete
3,5
Poroto de soja
9,8
Castaña de pará
3,4
Semillas de girasol peladas
8,9
Diente de león
3,3
Mijo pelado
8,8
Cebolla deshidratada
3,3
Habas secas
8,2
Maíz
3,3
Yema de huevo (3 unidades)
8,0
Trigo sarraceno
3,2
Perejil
8,0
Achicoria
3,1
Hígado de ternera
7,9
Harina de centeno integral
3,0
Porotos aduki
7,6
Carne de ternera
3,0
Quinoa
7,5
Escarola
3,0
Pistacho pelado
7,4
Pan de centeno integral
3,0
Garbanzo
7,2
Nueces secas
3,0



Datos obtenidos de:
Charpentier, Margarita - Valores nutricionales de las plantas alimenticias del norte argentino - 1998 Incupo
Dalla Via, Gudrun - Las algas - 1990 Red Edizioni
Esteves, Jorge y Salas, Hernan - Guía para una nutrición evolutiva - 1995 Salbe Ediciones
Pandiani, M. y Watts, D. - Guia para la correcta utilización de vitaminas y minerales en nutrición - 1991 Tecniche Nuove
Roediger Streubel, Stefanie - Minerales y oligoelementos para su salud - 1996 Robin Book
Universidad Liebig - Gran guía de la composición de los alimentos - 1991 Oasis
Ursell, Amanda - Alimentos saludables - 2001 Editorial El Ateneo
Valerio, Nico - Alimentación natural -1992 Arnoldo Mondadori Editore
Varios - Sistema de análisis y tratamiento nutricional - 2002 Cadre Editores



EL AZUCAR, SU VERDAD EN NUESTRA SALUD



AZUCAR BLANCO: INTERESANTISIMO ARTÍCULO




Ladrón del organismo

Por millares de años el ser humano satisfizo el gusto por el sabor dulce con fruta fresca, fruta seca y miel. Todos alimentos naturales que no contienen sólo azúcares, sino también vitaminas, minerales, enzimas, ácidos orgánicos, proteínas, agua, etc. Sin embargo hoy, la sacarosa contenida en el jugo de la caña de azúcar -refinada y cristalizada- ha desplazado a las fuentes naturales de azúcares y es utilizada en enormes cantidades en infinidad de procesos industriales. Tanto se ha radicado psicológicamente el consumo de la sacarosa, que una familia tipo no resistiría más de un día sin su presencia. O sea que se ha convertido en una verdadera droga.

Dice el Dr. Bruker, investigador alemán y autor de un libro sobre el tema: "Mi experiencia de decenios investigando sobre el azúcar blanco me permiten concluir que esta sustancia es capaz de crear un estado de adicción, del mismo grado que el ocasionado por drogas como la nicotina, el alcohol y el café. Existen estudios realizados en Estados Unidos que lo demuestran, pero que no se han hecho públicos por motivos económicos".

Como todas las drogas, el azúcar blanco, además de no beneficiar al organismo y no aportar ningún elemento nutritivo y vital, resulta altamente dañino. Es un verdadero peligro para la salud pública, por ser fuente directa o indirecta de muchos padecimientos "modernos": caries dental, acidificación de la sangre, descalcificación, arteriosclerosis, infarto de miocardio, diabetes, obesidad, acné, úlcera de estómago, colesterol, tensión nerviosa, problemas de circulación, hiperexcitabilidad, degeneración hepática...

Muchos se preguntarán porqué resulta tan nocivo este derivado de la caña, cultivo originario de la India que los españoles introdujeron en América. La respuesta: la sustancia que hoy conocemos como azúcar poco tiene que ver con la planta original. Se trata sólo de sacarosa "purísima", priva de impurezas, de vitaminas, de minerales, de enzimas y de todo elemento vital.

O sea, una sustancia química completamente artificializada. Una vez ingerida -y a diferencia de cualquier otro alimento- se transforma completamente en energía, sin dejar siquiera trazas de residuos: nada de proteínas, grasas, almidones, vitaminas, ni minerales. Es decir que aporta calorías vacías. Como otras sustancias químicas puras, la sacarosa excita el organismo con su carga energética inmediata, pero lo enerva y lo debilita, haciendo trabajar en vacío todo el aparato metabólico. Pero lo más grave es que para su metabolización el organismo debe emplear reservas orgánicas de vitaminas, amionoácidos y minerales, empobreciéndose.

Las investigaciones -escasamente difundidas por cierto- indican que no solo el abuso, sino el simple uso de la sacarosa pura, predispone el organismo a las modernas enfermedades de la civilización. Indígenas de África y Asia cuando consumen azúcar refinado sufren las mismas enfermedades de los occidentales más golosos y sacarodependientes. Sin embargo en estudios hechos en Sudáfrica sobre muestras de orina de 2.000 trabajadores de plantaciones de caña de azúcar, no se hallaron trazas de glucosa pese a que en promedio mascaban 2 kg diarios de caña, o sea que ingerían unos 350g de azúcar. La explicación: mientras la caña mascada es un alimento natural y relativamente completo, el azúcar refinado es un producto extraño y nocivo para el organismo. Otras investigaciones realizadas en África e India muestran que la diabetes es desconocida en pueblos que no incluyen carbohidratos refinados en su dieta.

El azúcar blanco resulta particularmente nocivo para los niños, los ancianos y las mujeres, ya que roba del organismo calcio y sales minerales (sobre todo cromo). Esto sucede pues la sacarosa se une al calcio presente en la sangre, formando sucrato de calcio que se elimina por intestinos y riñones. También roba vitaminas y enzimas, necesarias para su desdoblamiento (la sacarosa es un disacárido que el organismo debe convertir en compuestos simples como glucosa y levulosa). Detallados estudios demuestran que cada vez que ingerimos sacarosa, para su metabolización agotamos reservas orgánicas de preciosos aminoácidos (triptofano y metionina), de vitamina B (sobre todo B5, B6 y B12), vitamina PP y minerales. De allí que se defina al azúcar blanco como un verdadero "ladrón" del organismo.

¿QUE OCURRE EN LOS INGENIOS?

Es importante comprender lo que sucede en los ingenios azucareros, donde ingresa un producto noble como la caña y sale algo tan desvitalizado como la sacarosa. Dejémonos llevar por la explicación calificada del Dr. Jaime Scolnik, quién en su libro "La Mesa del Vegetariano" hace un minucioso análisis técnico del proceso, luego de haber visitado varios establecimientos: "Una vez extraído el jugo de la caña en un trapiche y descartada la fibra vegetal (bagazo), se lo cuela, se lo clarifica con anhídrido sulfuroso y cal, se lo lleva a 100°C y se lo filtra agregándole tierra de infusorios y ácido fosfórico, descartándose los residuos sólidos (cachaza). El jugo resultante se concentra, obteniéndose un jugo espeso (melado). Este melado se evapora nuevamente al vacío y se cristaliza la sacarosa, separándosela de la miel residual. Los cristales obtenidos se blanquean con azul de ultramar a fin de eliminar la coloración amarillenta de los residuos de miel intercristalina o de sales de hierro. Esta es llamada azúcar de 1° y tiene un 99% de pureza en sacarosa. La miel resultante (llamada de 1°) se somete a una nueva cocción, obteniéndose azúcar de 2° (con una pureza del 97%) y miel de 2°. Esta última se vuelve a cocinar resultando azúcar de 3° (con un 94% de sacarosa) y miel final o melaza".

"La melaza es una miel agotada -continua Scolnik- aún con un 30% de azúcar, pero al no poder cristalizarla se la destina a producir alcohol o alimento de hacienda. En cambio el azúcar de 3° se vende habitualmente con el nombre de "rubio" o "moreno", estando muy lejos de ser un producto integral o natural, sino más bien un producto residual de la fabricación del azúcar blanco, cargado de impurezas y residuos industriales. Siendo blancos los cristales de sacarosa, la coloración del azúcar rubia se debe a la capa de melada que recubre a los gránulos y cuya intensidad depende de la pureza del jugo de origen. La presencia de dicha capa es fácilmente demostrable al lavar este azúcar repetidamente en agua; allí se ve como desaparece el color original (rubio o moreno) y los cristales se vuelven blancos. La melada que reviste a los granos contiene: sulfito de calcio, sales resultantes de la combinación de cal y azufre, hidrosulfito de sodio, ácido fosfórico, carbonato de sodio, etc".

"Mientras que el azúcar de 3° no sufre un ulterior proceso de refinación -dice Scolnik- los azúcares de 1° y 2° son refinados, no porque las empresas defiendan la salud del consumidor, sino para poder conservar en mejores condiciones el producto. En efecto el azúcar en terrones contiene sales higroscópicas que absorben agua del aire, tornándolo húmedo y de mal aspecto".

"Comprendo -prosigue Scolnik- la dificultad de difundir estas sencillas pero grandes verdades. En primer lugar por el desconocimiento que reina en materia de alimentación racional, no sólo en el ciudadano común sino también en la clase dirigente y aún en los mismos médicos.





Por otra parte por la acción formidable de los intereses creados. Las industrias exigen que el consumo de azúcar siga incrementándose y en ese aspecto conviene que la gente esté desinformada. Además la industria conoce la debilidad del consumidor por aquello que agrada más a la vista o al paladar, sin tener en cuenta el verdadero valor alimenticio. Muchos pueden pensar que mi discurso puede resultar peligroso, dado que las empresas de refinación y el cultivo de la caña dan empleo a mucha gente. Pero esto es falso, pues la caña podría ir siendo reemplazada por la fruticultura y la apicultura, dos actividades que tienen un excelente potencial en la actual zona cañera y que además poseen la ventaja de ofrecer productos más sanos y nutritivos".




¿EXISTE UN AZUCAR INTEGRAL?

El mismo Dr. Scolnik clarifica respecto a los llamados azúcares integrales. "Demostrado que el azúcar rubio no merece el nombre de integral o natural, hay antiguas alternativas que preservan los valores nutritivos del jugo de la caña de azúcar. Un procedimiento (llamado mascabado) consiste en cocinar el jugo de caña para concentrarlo (evitando su fermentación), obteniéndose un residuo sólido que, molido, da lugar a un verdadero azúcar integral”.

Este proceso fue introducido en nuestro territorio por los jesuitas. De allí que se difundiera el uso del azúcar mascabo en el sur de Brasil. Misiones en cambio fue perdiendo esa tradición al concentrarse toda la actividad azucarera en Tucumán y al no haber precio del producto. Por suerte ahora pequeñas cooperativas de agricultores misioneros han vuelto a cultivar la caña, en forma orgánica, incorporándole el valor agregado de la artesanal elaboración del azúcar mascabo. Esta tarea se realiza manualmente con paletas de madera en pailas de cobre y permite disponer de un genuino azúcar integral, que conserva todos los componentes de la caña.




OTRAS ALTERNATIVAS

Además de estas opciones, existen otras fuentes naturales para endulzar. Una de ellas es la miel, sobre la cual expresa Scolnik: "Es un alimento orgánico, vivo y no una sustancia muerta como el azúcar industrial. La miel, en lugar de robar, aporta al organismo: calcio que nutre y fortalece los dientes y los huesos; hierro que enriquece los glóbulos rojos de la sangre evitando la anemia; aceites esenciales y balsámicos que desinfectan y tonifican las vías respiratorias; ácido fórmico que es un poderoso antiséptico; vitaminas que son sustancias indispensables a la salud; fósforo que es un tónico para el sistema nervioso; glucosa, fructosa, diastasas, dextrina, albúminas, etc. La miel puede sustituir al azúcar en todas sus aplicaciones, aunque es obvio que la cocción destruye enzimas y vitaminas".

La principal fuente natural de azúcares son las frutas, siempre mejor si consumidas frescas, pues además de la fructosa y minerales aportan enzimas y vitaminas. También pueden utilizarse numerosas frutas secas (pasas de uva, dátiles, higos, peras, duraznos, damascos, ciruelas, arándanos, etc) donde la evaporación del agua permite mayores concentraciones de azúcares y por tanto intensos sabores dulces naturales.

Nuestra autóctona algarroba es otra interesante alternativa endulzante, ya que su harina es muy rica en fructuosa y muy versátil en su aplicación. Se puede agregar a masas, panificados, líquidos y postres, a los cuales aporta dulzor y el particular sabor chocolatado. Con la harina de algarroba se elabora el ancestral patay, una especie de turrón muy dulce, nutritivo y digestivo, que no tiene adición alguna de azúcares.

Otra fuente de azúcares y un redituable reemplazo de los snacks a base de sacarosa, son las semillas -crudas o tostadas- como: girasol, nuez, maní=cacahuete, almendra, castaña de cajú, nuez de pecán, castaña de pará, sésamo, etc. Combinan bien con las frutas secas y un ejemplo son los tradicionales y nutritivos bombones de higo y nuez.

Es muy saludable habituar a los niños al consumo de frutas secas y semillas en lugar de caramelos, chocolates y golosinas. Además de beneficiar su estado general de salud, lograremos que redescubran los verdaderos sabores naturales, cada vez mas "tapados" por los saborizantes sintéticos producidos con químicos para nada inocuos y en muchos casos hasta cancerígenos.

DIABETICOS



Para los diabéticos existe también un endulzante natural que a su vez reduce la tasa de azúcar en sangre. Nos referimos a la yerba dulce (Stevia rebaudiana) que entrega su poder endulzante a través de infusión en líquidos calientes, sin aportar hidratos de carbono ni los perjuicios de los edulcorantes sintéticos. Esta hierba ve potenciado su efecto cuando se la asocia a otras hipoglucemiantes como la pezuña de vaca, la higuera y el sarandí blanco. La yerba dulce se ofrece en hierba, extracto líquido integral o polvo.

Es interesante comprobar que pueden elaborarse exquisitos productos (dulces, bombones, galletitas, etc.) prescindiendo del azúcar blanco, reemplazándolo por el mascabo integral, la miel, las frutas secas, la harina de algarroba o la yerba dulce. Se obtienen así nuevos sabores y altos valores nutricionales.





Datos obtenidos de: www.prama.com.ar/alimentos_problematicos/